Durante siglos los historiadores se han estado preguntando sin descanso, como fueron erigidos estos monumentales colosos de piedra. Si fue una labor tan rudimentaria como en principio cabe pensar, con grupos de esclavos arrastrando y empujando esos inmensos bloques de roca a través del desierto, y así, pirámide arriba, hasta alcanzar la cúspide, o, como quien ha llegado a sugerir, ante la magnitud extraordinaria de la obra, una mano divina, o del más allá (quizás los extraterrestres), tuvo que ver en el asunto.
Sea como fuere, en lo que no suele haber gran discusión es acerca de la fase previa, y simultanea al proyecto de su edificación, en la que ciertamente muchas manos intervendrían, no todas ellas bienintencionadas ni de recto proceder.
Sería pues como hoy en día, comisiones para acá y para allá, a derecha e izquierda… Y todos a poner el cazo. No en vano, una urbanización de lujo, a tan corta distancia del mar, en el mismísimo mediterráneo y con el Nilo bañando sus pies… ¿Qué funcionario corrupto que se precie podía dejar pasar semejante oportunidad? ¿Tamaña perita en dulce?
Falta pues por ver si algún día los arqueólogos son capaces de dar con algún campo de golf del siglo 5 antes de Cristo, que, para despejar incógnitas, demostraría el origen sobrenatural de la civilización egipcia, y, además, le daría un toque de mayor prestancia y distinción al conjunto.
Si es que eso es posible.
Sea como fuere, en lo que no suele haber gran discusión es acerca de la fase previa, y simultanea al proyecto de su edificación, en la que ciertamente muchas manos intervendrían, no todas ellas bienintencionadas ni de recto proceder.
Sería pues como hoy en día, comisiones para acá y para allá, a derecha e izquierda… Y todos a poner el cazo. No en vano, una urbanización de lujo, a tan corta distancia del mar, en el mismísimo mediterráneo y con el Nilo bañando sus pies… ¿Qué funcionario corrupto que se precie podía dejar pasar semejante oportunidad? ¿Tamaña perita en dulce?
Falta pues por ver si algún día los arqueólogos son capaces de dar con algún campo de golf del siglo 5 antes de Cristo, que, para despejar incógnitas, demostraría el origen sobrenatural de la civilización egipcia, y, además, le daría un toque de mayor prestancia y distinción al conjunto.
Si es que eso es posible.
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