domingo, 11 de enero de 2015

Je suis Charlie




Me recuerda un poco a una de aquellas pegatinas “Jesus saves” que circulan en los guardabarros de los coches por algunos de los estados más rednecks, más ultramontanos, de los EE.UU., pero en la práctica, nada que ver.
Este es ahora mismo el mayor símbolo mundial contra la intolerancia religiosa, la más cafre de las intolerancias, y por tanto debe ser enarbolado a los cuatro vientos.
A ver si así, esa chusma paranoica, traficante de dogmas huraños y sanguinarios, que anhela enfermizamente el hacer pasar a Europa por el aro de una segunda inquisición, se entera de una vez por todas de que no conseguirán aterrorizarnos nunca, y de que aquí, a los cerdos, nos los comemos con patatas.

Y aunque el humor que en este blog se gasta es plano e infantilizado, ni provocador, ni picante, ni políticamente deslenguado, que quede bien claro que ante la sinrazón Food and Drugs est aussi Charlie Hebdo.

sábado, 3 de enero de 2015

Roedores corredores


Llega Enero y una vez más, hay que cambiar el año viejo, a pesar de estar todavía en bastante buen estado, por uno nuevo.
Yo esto, para qué nos vamos a engañar, nunca lo he entendido muy bien.
Ya sé que se supone que lo que debería hacer es, como todo el mundo, ponerme a derrochar felicitaciones y buenos propósitos para con el ilusionante periodo que empieza, pero es que yo, qué le vamos a hacer, soy de naturaleza pesimista.
El otro día oí decir no sé donde, y a no sé quien, que la vida era una carrera de ratas, y, fijate tú, se me quedó grabado.
Por eso he estado pensando que ya desde niños deberían educarnos para ello, y de alguna manera concienciarnos para lo que nos espera.
De hecho he ideado una serie de dibujos animados, los “Roedores corredores”, que cumpliría perfectamente la función de a la vez entretener y educar en esa dirección.
La única pega es que probablemente no se emita en el 2015. Ni tampoco muy probablemente en el 2016.

Lo dicho, sale más a cuenta no hacerse demasiadas ilusiones, y salir corriendo a toda prisa tras el taquito de gruyere. Básicamente para no tener que conformarse con los agujeros.