domingo, 14 de marzo de 2021

De naturaleza aburrida


Leo con pavor que las poblaciones de rinocerontes en Asia, y también en África, rozan ya lo insignificante, antesala de una extinción más que garantizada en pocos años. Sus cuernos, parece ser, lo curan todo en la medicina tradicional china, desde un resfriado hasta un cáncer terminal, pasando claro está por el Covid. La panacea.

A esto añádasele la caza furtiva, la corrupción de los gobiernos locales, las sumas desorbitadas de dinero que ofrecen magnates y traficantes de la superpotencia asiática a gente que vive en la pobreza más calamitosa, y ya tenemos la ecuación perfecta.

Así, hay que ir haciéndose a la idea de un futuro sin rinocerontes. Adiós amigos narigudos.

Pero no serán los únicos en desaparecer. La obsesión, de nuevo, en el reino del centro, por los apéndices protuberantes de las bestias, lleva a que los tiburones estén también en el disparadero.

En su caso por la archifamosa sopa de aleta de sí mismos, que no tiene pinta de tener un sabor delicioso, cosa que ni sé, ni quiero saber, pero que, por lo visto, proporciona vigor e impetuosidad proverbiales a la desmejorada, marchitada por los años, idiosincrasia masculina.

Y todo ello en la era de las pildoritas azules...

Buenas noticias para los amantes de la seudociencia; malas para la biodiversidad marina.

Por eso, mientras que puede que a un gran número de humanos, hoy en día, la naturaleza les parezca algo aburrido y prescindible, nada comparable a sus celulares de última generación, tal vez en un futuro les resulte además increíble.

¿De verdad existieron esos bichos?, se preguntarán. 

¿Y cómo podrán estar seguros de tal cosa? ¿Quién será capaz de convencerles de que no salieron de la mente de algún diseñador gráfico o programador de videojuegos?

En la época, que recién estamos inaugurando, del bulo cibernético y la suplantación hiperrealista, serán una gota más en el océano.

Pasará como con los dinosaurios... ¿Nos cuentan ahora que tenían plumas? ¡Y a mí qué! ¡Pues que los suban a las carrozas del desfile del orgullo! ¡¿Qué interés tiene?!

Un mundo sin rinocerontes, sin tiburones, sin leones, sin elefantes, sin osos polares, sin ballenas... Solo humanos, ratas, cucarachas y mosquitos, con sus correspondientes virus y bacilos oportunistas, conviviendo en armonía y amor libre. Espero no vivir para verlo.


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