jueves, 8 de marzo de 2012

A merced de vuesas mercedes



Sí, debo admitirlo, una de mis frases históricas preferidas es la de Maria Antonieta, la esposa y consorte del rey absolutista, Luis XVI, a escasos días del estallido de la revolución francesa, cuando, informada por uno de sus asistentes sobre la gran hambruna que asolaba París, respondió: “¡Si no tienen pan, que coman pasteles!”.
Y es que entonces los gobernantes, si que eran gobernantes de verdad, no como estos de ahora, que los pobrecitos, a pesar de su similar y no recatada ignorancia, al menos se ve que se esfuerzan y que ponen un poquito más de su parte en arreglar las cosas. Aunque luego el resultado sea el mismo.
Otra cosa muy distinta es que todo lo que ingenian y discurren para tratar de solucionarnos la papeleta, vaya siempre en la misma dirección: La de los recortes de las narices.
Una y otra vez, dando con el martillo en el dedo, con el ciudadano de a pie transmutado en víctima propiciatoria de los tijeretazos. Ya, de hecho, convertido a su pesar en traje a medida de los desvaríos de los políticos.
Y es que esta crisis, que empezó siendo inmobiliaria, luego financiera, y finalmente se extendió a toda las actividades económicas del país, cual imparable metástasis, no parece tener fondo, ni entender del color de este u otro gobierno.
Cada día nuevos despidos, más empresas que cierran, más organismos públicos y privados que se declaran al borde de la quiebra, o ya directamente, en bancarrota.
Y mientras tanto los pobres de nosotros capeando el temporal lo mejor que podemos. Con la autoestima, y nuestros otrora frescos y lozanos hábitos consumistas, por los suelos. Ya casi viéndonos poco más o menos camino de acabar como los Nabuconodosorcitos, aquellos diminutos personajillos que vivían en la maceta de Epi.

Y por si eso fuera poco, mientras tanto, los países matones del mundo, los macarrillas del orbe planetario, EE. UU., Israel, Irán, amenazándose entre sí a voz en grito, con tirarse los trastos a la cabeza. Más concretamente, trastos nucleares.

No, si llegado a este punto, me dan ganas de coger y emigrar a Funafuti, la Capital de Tuvalu, en la Polinesia. Y no sólo porque unos cuantos científicos hayan dicho, o eso creo recordar, que hasta allí no llegarían los efectos de un holocausto nuclear, sino simplemente por desconectar un poco de este mundo tan loco, tan ignorante y tan patético.

¿O de qué otra forma se puede si no calificar todo esto que nos acontece?
Vemos que los bancos mundiales, y muy principalmente, los españoles, llevados de su codicia, contaminan y dejan hechos unos zorros todos nuestros resortes productivos y conquistas sociales… ¿Y que hace la gente?
¡Votar en masa al partido que de toda la vida les amparó y les dejó actuar con manga ancha! Así de triste, y así de ridículo.
Dándoles encima una mayoría absoluta como nunca antes se había visto. Sí, señor. Ya de perdidos, al río.
Pues yo a esto le llamo echarse en brazos del enemigo.
No es de extrañar que luego nos vengan hablando de la urgente necesidad de una mayor flexibilidad laboral, que traducido a un lenguaje que se entienda, no es otra cosa que exigirles a los trabajadores que doblen aún más el espinazo.
Lo dicho, nos hemos metido nosotros solitos en la boca del lobo.
Y no sé, pero no debe ser desde luego coincidencia, el que cada vez que pongo en You Tube el vídeo de las celebraciones de la noche electoral del 20-N, con las calles abarrotadas de gente eufórica, me aparezca al lado, ese otro también famoso, de los dos jóvenes flacuchos y melenudos que se reencuentran con el león que criaron de pequeños. Ese en el que confiadamente se ponen ciegos a darle besos y abrazos al imponente felino.
En fin, que de entrada todo muy bien, pero que el final de la broma no está nada claro. Porque, estimados lectores, como el tema siga así, y no remonte… No olvidemos que la derechona sigue siendo la derechona de siempre y por más que se vista de seda, a nadie se le escapa que tiene muy malas pulgas. Está últimamente además cogiéndole el gustillo al asunto este del palo y la patada libres y gratuitos, y es que en realidad no deja de ser su instinto natural.
Vamos, que de ahí al momento en que a la fiera le empiecen a rugir las tripas de verdad, será cosa de un visto y no visto.
Y de hecho, con el republicanismo creciendo como la espuma gracias al caso Urdangarín, y el paro entregado al desmelene total, ya hay quien no duda en hablar de estarse creando el caldo de cultivo idóneo para una segunda guerra civil.
Vamos, que puede parecer una exageración, pero que está el bicho lo bastante crecidito como para andarse con cucamonas.

9 comentarios:

Genín dijo...

Difiero en parte amigo, de todo el mierdero que ha armado el PSOE, de la corrupción y nepotismo, de algunas de las ridículas ministras y ministros, de la incapacidad de administrar a un país, lo peor de lo peor y que jamas les perdonaré, es habernos entregado, después de haberles hecho el camino, a esta rancia derechona, y que tenga a tantos millones de rancios compatriotas que la han puesto finalmente en el poder, me produce una cagalera inenarrable...
Salud

Natura dijo...

Lima te queda más cerca por si quieres tomarte un respirito. No será un paraíso Polinésico pero se come rico :)

Un abrazo,

Merce dijo...

Y de lo malo lo peor es que son todos igual de malos. Que se van unos que nos dejan en la más penosa de las ruinas y vienen otros que no parece que nos vayan a sacar. Y mientras tanto seguimos pagando los mismos: antes y ahora...

Anónimo dijo...

Hace falta todavía un poco más de desesperación. Así somos los de esta especie y no aprendemos de la historia.

Un beso,

Miguel Baquero dijo...

Yo pienso que habría que cambiar un poco la pregunta, y a lo mejor así llegamos a entender algo. No es: ¿por qué la gente ha votado a la derecha?, sino ¿por qué la gente no ha votado a la izquierda, aun sabiendo lo que se avecinaba con votar a la derecha? Es la pregunta que, me parece, nadie quiere hacerse...

Luna Azul dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luna Azul dijo...

Buenas noches, sólo comunicarte que he cerrado mi blog.
Mis situación actual me ha obligado a ello. No me gusta irme de los sitios sin más y quiero agradeceros a todos los compañeros blogueros, este tiempo que hemos compartido con más o menos asiduidad.
Me hubiera gustado continuar con mis relatos de Túnez pero ahí se ha quedado en la 1ª parte.
Quizás algún día no lejano pueda hacerlo o quizás ya ni interese lo que yo cuente.
De cualquier forma, intentaré seguir leyendo y dejando mis comentarios.
Un abrazo y ojalá hasta muy pronto.

Ester García dijo...

Emigrar a Polinesia me parece una idea de lo más atrayente.... me apunto. Un abrazo, F.

Perfida Canalla dijo...

Bueno, una guerra civil me parece una conclusion un poco exagerada...aunque estoy de acuerdo en que la situación es mucho más que complicada...
Por cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita