domingo, 31 de agosto de 2008

Fortunas Planetarias (y su cara oculta)


Según la revista Forbes, cada año que pasa los que están a la cabeza de su lista de multimillonarios son más ricos que los del año anterior, y así sucesivamente. No importa que haya crisis económica mundial, al contrario, cuanto peor nos vaya al común de los mortales, mejor y más jugosa parece ser la tajada que ellos se sacan.
Y es que en realidad ese es el secreto del buen funcionamiento del sistema capitalista. Para que actúe bien, la riqueza ha de estar lo más desigualmente distribuida que sea posible. Ha de ser algo así como la polaridad en los bornes de una batería, cuanto mayor sea la diferencia de potencial entre ambos, más electricidad querrá pasar de uno a otro, y toda esa energía se podrá transformar en trabajo.
Está claro que si se igualan ambos polos, deja de circular la corriente y se apaga el invento. De forma que hay que impedir, como sea, que eso ocurra.
Por eso que no conviene hacerse muchas ilusiones de que con el sudor de nuestra frente estemos contribuyendo a crear un mundo mejor: El sistema tiene estos ciclos en los que se autorregula, y seguirá habiendo siempre ricos muy ricos y pobres muy pobres.
Desde ese punto de vista, no puede ser, lógicamente, que un obrero de una fábrica se pueda comprar una berlina de lujo, por que entonces, ¿de que van a presumir los ricos de verdad, y cómo van a hacer para mostrar su superioridad sobre el resto de la plebe…?
La verdad es que esto de la economía es un gran misterio, y que al final al que le toca dar el callo es siempre a los mismos pringadillos, pobres émulos de los electrones atrapados en el circuito cerrado, con cuya resistencia se han de enfrentar una y otra vez, una y otra vez... En la descerebrada persecución de su particular Eldorado subatómico.
Y por supuesto nada de bajar la guardia. La guarnición debe estar permanentemente alerta. La clave, pues, es no dar nunca sensación de que el futuro esté, ni mucho menos, asegurado.
Y más ahora, que precisamente se empieza a hablar de que allá por el 2035, cuando a mi, y a otros tantos más, nos toque percibir el subsidio de nuestras jubilaciones, donde después de todos estos años cotizando religiosamente, el sistema publico de pensiones hará aguas.
Esto a los todopoderosos magnates, naturalmente les resbala, y mucho más aún a los aristócratas y miembros de casas reales con los que se codean.
Sus preocupaciones son de otra naturaleza, y puesto que el tema pecuniario lo tienen atado y bien atado, parece ser que es su aspecto físico, y sus ansias de aparentar juventud y lozanía eternamente, lo que más les desquicia.
Seres henchidos de vanidad y con un afán de protagonismo rayano en la drogodependencia, los cuales viven a lo grande, y por supuesto, a costa de los pobres imbéciles que con su trabajo cotidiano y sus nada modestos impuestos les pagan el look y los accesorios “king size” de la Barbie.
Porque pocos caprichos pueden compararse al de hacerse la cirugía estética a cargo de las cuentas públicas del estado, no importa el coste de entrada ni el de los retoques. Aparte de poder efectuarse como y cuando más apetezca. ¿Quién dijo listas de espera?
Eso es echarle narices al asunto y lo demás monsergas.
Pues bien, el caso concreto de alguna de estas entronizadas celebridades, en boca de todos últimamente, es desde luego como para sentir vergüenza ajena.
Siendo lo más triste que, en la búsqueda a la desesperada de unas facciones de princesita de cuento de hadas, estilo Rania de Jordania, nos acabemos teniendo que contentar con la típica versión empalagosa y descafeinada del retrato de la mona lisa, con ese aire enranciado tan propio de las falsificaciones.
¿Tan malo era tener los rasgos de De Juana Chaos…? No creo yo que una nariz y una barbilla prominentes, y el gesto permanentemente crispado, sean la causa última, la razón de fondo, de que este se metiera a sanguinario terrorista. O quizás sí. Después de todo, bajo el capuchón y la boina la imagen de algunos mejora cualitativamente.
En fin, el caso es que esta sangre azul ya no es la que era. A fuerza de tanto añadirle colorantes y conservantes artificiales se nos está quedando en tinto de verano Don Simón.
Y es que cada día entiendo menos esa obsesión tan grande que tienen por equipararse con la gente de a pie. ¿Terminarán acaso donando a la beneficencia sus palacios, el yate y subiéndose a un andamio para ganarse la vida, bajo las órdenes a grito pelado de un contratista corrupto, negrero y explotador? ¿No parece, verdad?

Esperemos, al menos, que sus vicios no se pongan de moda entre las clases populares, tan habituadas a copiar ciegamente todas las astracanadas de los ricos y pudientes, y el limarse los mentones y los apéndices nasales pase a ser el premio fin de curso, que financian los papis, de todas las colegialas que hasta ahora optaban, en lugar de eso, por los implantes de silicona.
Sí, amigos, el valor de la personalidad, de los atributos de la conciencia humana, nuevamente vuelven a ser despojados de su valor legítimo y pisoteados por estas gentes de alta alcurnia (o en su defecto caradura inmensa), tan amantes de lo postizo y las mascaradas.
Advenedizos/as cuya filosofía es la del braguetazo y el arrimarse a los poderosos e influyentes, sin avenirse a escrúpulos de ninguna clase.
Menos mal que en nuestros corazones siempre habrá hueco para lo auténtico, para las personas de carne y hueso, pero con espíritu sobrehumano. Me refiero aquí a seres como la mediofondista olímpica Marta Domínguez.
Su lucha hasta la extenuación por conseguir realizar sus sueños es ejemplar y digno de encomio, aún en la derrota. Ella debería ser el modelo a imitar de nuestras siguientes generaciones, y no esa otra manada de tigresas recauchutadas y maniquís parlanchines que pululan por los programas de la tele y revistas del corazón, y que solo sirven de reclamo para las ventas de productos cosméticos.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es mucho mas fácil imitar a la susodicha que pasea napia nueva (porque ya me dirás el esfuerzo que supone tumbarse y dejarse hacer) que a Marta. Imitar a Marta cuesta esfuerzo, sacrificio... y eso hoy en día no está de moda.

ELLA ELVIANA dijo...

your art is unique. thanks for your comment on my blog! really nice.

Guillôm dijo...

Qué podemos sacar en limpio de todo esto? Qué debería dejar de molestarme en estudiar porque nunca voy a llegar a ser una profesional bien remunerada, o que debería buscarme un novio rico? Talvéz sólo seas comunista..Yo todavía me niego a perder la fe.

Guillôm dijo...

Tal vez me expresé mal, es culpa de mi maldito humor argentino. Sepa usted disculpar si lo he ofendido..
aunque a veces, la provocación es lo más bello que tiene este sistema de comentarios para ofrecer.
saludos

bornne dijo...

Para demasiada gente es más valioso el tener que el ser y, sino, aparentar que se tiene. Qué pena de mundo.

Muy buena entrada. Te agradezco tu visita.