sábado, 29 de septiembre de 2007

Una palabra vale más que mil imágenes




Sí, la palabra "basta", o "suficiente", o incluso haciendo un esfuerzo un poco mayor de locuacidad: "Esto ya aburre".


Quien si no, es el guapo, o la guapa, que se ha salvado de tragarse esas horas y horas de metraje faraoniano, el material gráfico de la boda, o el bodorrio, de meganito y zutanita. Más si cabe cuando se trata de parientes cercanos.


La inundación de CD's con imágenes digitales, películas y fotos, el fruto de cámaras de todos los colores y pelajes, razas y credos, e incluso de móviles de última generación, excede con mucho lo que el ojo y la mente humana es capaz de procesar antes de entrar en barrena.


Y sin embargo, los profesionales, ahí los tenemos, ahí siguen, dale que te pego. Buscando su hueco entre los codazos del amateurismo, por aquello quizás de ganarse de alguna forma los garbanzos, siempre en medio de una pompa y jerigonza en la que solo son el convidado de piedra por excelencia y la incomodidad personificada.


Desde aquí, mi reconocimiento. Va por ustedes, maestros.


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