jueves, 27 de julio de 2017

El hacha de Mambrú




¿Era Mambrú un hacha? Difícil creerlo.
Sea como fuere, él no se anduvo ni corto ni perezoso cuando la desenterraron, el hacha, y allá lio el petate, cogió (sin preguntar a nadie) el fusil de Johnny, y se fue en busca de aventuras bélicas en tapa dura y a todo color.
Mas él ignoraba que la señal era monocanal, y únicamente llegaría a su retina en rojo y gris, sangre y polvo. A lo sumo, mugre negruzca.
Pero eso a Mambrú no le echó para atrás. Un valiente como él, bien plantado, y con un par (de granadas, de pistolas, de cartuchos de balas, con un par de casi todo) ¿A quién podía temer?
No se arrugó, no, nuestro Mambrú. Si acaso alguien lo arrugaría en contra de su voluntad, pero eso ya son extremos de los que no da detalles la canción.
El bueno de Mambrú…  O mucho le gustó el invento, y se hizo un sitio en la carrera militar, o le dejó mal sabor de boca para toda la eternidad.
Pobre Mambrú…

¿Cómo iba él a saberlo? Do-re-mi, Do-re-fa…

1 comentario:

Genín dijo...

Mambrú se fue a la guerra, que dolor que dolor, que pena...
Bueno...
¡Que se joda! jajaja
Salud