domingo, 3 de enero de 2010

A destiempo


Bueno, esta entrada se supone que tendría que haber coincidido con las celebraciones de la Nochevieja, no en balde está inspirada en ella, y su objeto era el de hacer una crítica a toda esa algarabía fermentada en barrica de roble que, durante un breve lapso de tiempo, apenas unos instantes, se descorcha para festejar el deshoje de la última de las páginas del calendario del 2009. Un desfogue simultáneo en todo el mundo de buenos deseos y voluntades conciliadoras, que solo diez minutos más tarde da paso, de nuevo, al habitual egoísmo, aspereza e indolencia de la gente.
Sin embargo, como su título indica, llega un poco a destiempo.
Si, y no es que yo sea una persona poco previsora, o impuntual - nada de eso – pero sí he de reconocer que como gestor del tiempo, cuando se trata de calcular y cumplir plazos, soy un auténtico desastre, e irremisiblemente me dejo llevar por la pasión del momento.
Cuando disfruto haciendo algo, ese algo procuro que se prolongue en el tiempo hasta que la propia llama que lo alimenta, se extingue por completo.
Otros dicen que me pierdo en los detalles, que naufrago en la banalidad, pero son distintas formas de juzgar los hechos, y desde luego, visto desde fuera, admito que muy probablemente esa sea la apariencia que el asunto pueda dar.
Afortunadamente, a mi las apariencias, en toda la extensión de la palabra, me traen sin cuidado.
Además, la inspiración llega cuando buenamente puede, muchas veces a traición, y un artista, se debe por entero a ella. La búsqueda de la excelencia no es tarea – desde luego que no - que pueda someterse a los constreñimientos de un cronometraje.
De hecho, fue justamente tras engullir atropelladamente las doce uvas famosas, cuando obtuve el hilo conductor, cuando recibí el chispazo, acerca de lo que contar esta vez, para decir lo que me apetecía decir.
Y esto fue contemplando el espectáculo de luces con que se adornaba, como no, la puerta del sol de Madrid. Un juego de láseres e infografía, con ayuda del cual se iban dibujando sobre la fachada del archiconocido edificio de correos de la capital, los perfiles de algunos de los monumentos más célebres de Europa. Cada país con su nombre escrito en su propio idioma, aparte del nuestro, y su bandera al lado, ondeando en virtud de la magia de la tecnología globalizadora.
Así, cegados por los muchos vatios de luz desplegados, tal vez nadie reparó en las caras de una pareja de jóvenes que, confundidos entre la multitud, asistían ellos también a la fastuosidad de este acto, no otra cosa que propaganda institucional.
Yo, sí. Y aunque los vi a través de la tele, con toda la distorsión que ello comporta, enseguida me di cuenta de que sus rostros, más que alegría, más que felicidad, lo que en realidad destilaban, era decepción. Tristeza y una profunda decepción.
Aquellas caras, portadoras de rasgos amerindios, eran probablemente las de dos inmigrantes ecuatorianos. Las caras de dos trabajadores en régimen prácticamente de semiesclavitud, que, no sería descabellado imaginárselo, quizás formaran parte de ese grupo de compatriotas suyos que, en la única época del año en la que se les conceden vacaciones, y que pueden viajar a su país para estar con sus seres queridos, tuvieron que quedarse en tierra por la quiebra de la aerolínea Air Comet.
Una aerolínea, la cometa blanca esta de las narices, propiedad del presidente de la confederación de empresarios española y consejero de Cajamadrid, Gerardo Díaz-Ferrán, que curiosamente resultó ser no otra cosa que una empresa fantasma más, creada y destinada a emplearse, como se ha revelado recientemente, cual palanqueta de la que se valen estos adinerados y respetables señores, para afanarles sus magros ahorros a la gente honrada. Herramienta al mismo tiempo, con la que sustraerle al estado, por unas vías o por otras, ese mismo estado que esta gente esforzada y humilde sufraga con sus impuestos, millones y millones de euros en concepto de rescates financieros. Y lo que es peor, despojándonos a todos de nuestra confianza, de nuestras ilusiones y de nuestras esperanzas para el futuro.
Tenía gracia pues que, a estos dos jóvenes de la puerta del sol, les restregáramos por las narices la autocomplacencia y soberbia de una España europea como la que más. Una España, en realidad, que es hoy por hoy un solar vacío, tomado al asalto por chulos y hampones, todos ellos embrutecidos por un pasado de dinero fácil, y que hace tiempo ya que volvió la espalda a sus otras naciones hermanas de la orilla oeste del Atlántico. Un abandono motivado, entre otras razones, porque odia verse reflejada en los males de estas, en las lacras endémicas que las atenazan y depauperan, y de las que nosotros, aunque nos disguste aceptarlo, solo estamos libres por obra y gracia del influjo de lo europeo y su cercanía geográfica.
En fin, tal vez estos problemas jamás puedan resolverse y sean algo que vaya ligado a la propia condición humana, pero opino yo, que con el mero acto de denunciarlos ya se obtiene algún beneficio, si acaso un cierto impulso positivo, y que en esa onda hemos de movernos si realmente queremos que el 2010 sea un año más feliz y más próspero para todos.
Tenemos de hecho por delante grandes desafíos, como por ejemplo salvar al planeta de nuestras propias tendencias autodestructivas. Eso que llaman la catástrofe maltusiana, y que el propio investigador que le dio nombre, el economista inglés Thomas Malthus, observó por primera vez en un pequeño rebaño de renos transplantados artificialmente a una isla del estrecho de Bering.
Una historia muy ilustradora de lo que a nosotros nos puede suceder, si no actuamos a tiempo y con verdadera responsabilidad colectiva.
Allí, en su nuevo hogar - como digo algo muy parecido a nuestro caso - los renos se encontraron con un hábitat propicio, sin depredadores y con comida en abundancia.
Lógicamente, estos rumiantes, más conocidos por ser los que se encargan de mantener en vuelo el trineo de Papá Noel, aprovecharon, con todo a su favor, para copular y reproducirse a lo bestia, dando luz en cada generación a más y más camadas de nuevas crías de reno, ansiosos los pequeñines por llenar el buche y por relacionarse, ellos a su vez, con el género opuesto de su misma especie.
Al cabo de unos años, cuando Malthus visitó de nuevo la isla, se encontró de bruces con el pastel. Un erial desertizado donde si sobrevivían algunas pocas hembras de reno era de casualidad, y donde el resto de las especies autóctonas habían sido diezmadas o aniquiladas.
Algo habremos de hacer, entonces, sobre todo ahora que le estamos viendo las orejas al lobo, por revertir esta dinámica suicida. Y por supuesto sin andarnos por las ramas, porque algunas cosas, esto está claro, no pueden esperar a mañana, ni por que un halo inspirador baje del cielo, para ser corregidas.
La principal característica que nos diferencia de las bestias salvajes, es nuestra capacidad para anticiparnos a los acontecimientos y planificar de antemano las estrategias a seguir. No se puede ir siempre a remolque de lo que dicta una libertad mal entendida, y, menos que en cualquier otro ámbito, en el de la economía.
Los artistas y similares buscamos ante todo el aplauso del público, pero los que en realidad dirigen el cotarro, no pueden limitarse, única y exclusivamente, a ejercer su turno de coros y danzas en el festival de Eurovisión. No se les eligió, ni se les mantiene en la poltrona a expensas del erario público, para eso.
Ya veremos este año que empieza, si por fin, se avienen a darle cuerda al reloj.

11 comentarios:

Ester García dijo...

En fin... que veremos a ver qué sorpresas nos depara el año nuevo!!
Que no falten dibujos e inspiración.....

:)

Besotes!

Merce dijo...

Yo es que dudo que ellos, los mandatarios, sepan para que se les mantiene en la poltrona, cómo tú dices. O es que quizá, cuando llegan a ella, se les olvida todo...

Besos, buen año.

Genín dijo...

Yo llevo dias que no veo nada de tv ¿Para que?
Pero hoy me pico la curiosidad con el comienzo de tv española de no poner propaganda y estuve viendo a ratos la peli esa de los piratas del Caribe, y parece que se lo están tomando en serio, sigue habiendo propaganda pero es institucional...
Salud y feliz año!

Natura dijo...

Y bueno, se fueron los días volando. En un pestañeo y ya estabamos en los festejos de fin de año otra vez. Espero de este 2010 un poco más de equilibrio y menos stress.

Gracias por acompañarme durante el 2009. Te mando mis mejores deseos para este nuevo año :)

¡Un abrazo!

Alvaro en OZ dijo...

Bueno, quizás que cosas nos deparará el 2010, así que aprovecho de mandarte muchos saludos y espero que hayas celebrado e iniciado este nuevo año de buena manera
saludos !

Fiebre dijo...

Pues aquí estoy.
He caído como todos, en las celebraciones absurdas del nuevo año, los Reyes, la resaca y el arranque liguero etc etc...

Y llego y siempre eres tú el que me bajas del guindo.
Lo de Air Comet no tiene nombre, y a esta hora (ando aún un poco out) no sé que lo hayan hecho dimitir de su presidencia.
De entrada es el PRIMER e imprescindible paso.

De ilusiones también se vive...

Sergio dijo...

www.anfibiodeciudad.blogspot.com

Miguel Baquero dijo...

Me temo que es posible que lo que diferencia al hombre del animal sea su capacidad de planificación... pero casi siempre planificamos mal, así que no sé qué será mejor

Anónimo dijo...

Feliz 2010.
Lo que planteas tiene difícil solución, tanto lo de Air Comet (sinvergonzonería en su máximo exponente avalada por peces gordos) como lo de que nos zampemos los recursos de manera absurda e innecesaria sin pensar en el mañana.
Bien es verdad que cada uno de nosotros podemos paliar (muy poco) el exceso de utilización de recursos, pero los hilos no los manejamos nosotros.
¿Resignación? No, pero yo tampoco voy a pasar un mal rato.
Un saludo!

Jimmy dijo...

Buf! Vaya repaso!
Pues eso, que este año nos venga mejor, pero mucho me temo que, según caza la perriña, se vaya a arreglar demasiado.
Un saludo.

Vhrsti dijo...

Love the style of your cartoons although I don't understand anything...