martes, 14 de julio de 2009

La loca carrera del mundo


Citius, altius, fortius. Este latinajo, como todo buen deportista debería saber, es el lema que el barón Pierre de Coubertin, fundador del movimiento olímpico, acuñó en su día para reivindicar el propósito elevado, y la pureza moral, del redescubrimiento que él solito se sacó de la manga de los juegos de la Grecia clásica. Más lejos, más alto, más fuerte.
Nobles ideales, desde luego. Alentados si bien, en el corazón de este ilustre personaje, por las mentes de la por entonces declinante y aburrida aristocracia europea, para quienes de pronto las guerras y sus gloriosas batallas, como las napoleónicas, habían dejado de ser fantásticas aventuras en las que hacer ondear sus pendones y demás heráldica de rancio abolengo, cantadas y contadas por la voz de los trovadores y la pluma de los novelistas. Unos conflictos que, de la noche a la mañana, y sin poder hacer nada por evitarlo, pasaron a convertirse en sucias trincheras desde las que el nuevo reporterismo gráfico y escrito relataba su verdadero fondo de miseria. La nueva prosa, en la que el barro ensangrentado por la metralla se había convertido en protagonista principal, entendían ellos que ya no era el escenario ideal para resolver sus versallescas disputas.
Es curioso, sin embargo, que este invento concebido en principio con tal fin, el de alejar a las clases de sangre azul de todo contacto, aún figurativo, con la roja, ha acabado, transcurrido un siglo, enloqueciendo de pasión a esas clases plebeyas, a esa turba de la que en principio iba a servir como elemento diferenciador. Y es que de bien nacidos es ser agradecidos, como dicen en mi pueblo. Aquellas generaciones a las que apartó para siempre de su trágico destino bajo el fuego de mortero y el gas mostaza, la nuestra, le pagamos con un amor incondicional ese enorme favor, y ello aún a pesar de llevar alojado en su espíritu el estigma de esa concepción de tan elevada cuna.
Llama la atención, pues, que lo que los coetáneos del tal barón francés querían eludir a toda costa, la plebe, y sus groseras costumbres, ahora devenida en su principal beneficiaria, se subiese al carro sin pedir permiso y sin pensárselo un momento. Y así, poco a poco se fuera asimismo incardinando masivamente, y cual virus patógeno, adueñándose del que desde entonces no sería ya nunca más un entretenimiento de elites, sino el circo máximo del populacho.
La carcasa de ideales sublimes, único vestigio de su pasado nobiliario, se mantendría eso sí, en pie, pero ello no impediría que su carácter, filosófico en origen, fermentase con el tiempo, y por efecto de su vulnerable condición, se transmutara en algo que, con cada día transcurrido, se irá asemejando cada vez más a una religión. Una religión con su propia liturgia, su omnipotente jerarquía, e incluso sus sagrados templos. Que, en cierto modo, arrastra el baldón de no contar con un dios, pero que en contrapartida ofrece ídolos en abundancia a los que adorar.
Véase a este respecto la presentación de Cristiano Ronaldo en el Santiago Bernabeu, pinchando aquí.
Sea como sea, se vista o no a la mona de seda, el olimpismo, o el deporte en general, que vienen siendo palos de la misma madera, nunca podrán esconder, ni aún recubriéndola del más fastuoso oropel, físico o metafísico, su verdadera genealogía puramente animal.
La competición es el motor de la vida, el Santo Grial de su eterna renovación. Una especie de seguro que garantiza la impoluta regeneración, con cada ciclo, de sus mecanismos y sistemas operativos, en todas sus formas y manifestaciones. Es el meollo de la cuestión. Y no tiene nada de aristocrático, ni de divino, y hasta si se me apura, ni de humano (en un sentido estricto).
Para empezar, una de las premisas básicas de la selección natural es que los machos mejor dotados han de competir entre sí por las hembras reproductoras más saludables. Esta realidad, palpable en el día a día de nuestras existencias, y no hacen falta pruebas de laboratorio que la refrenden, es la que le da todo el crédito a la teoría de la evolución, y por ende, desmonta y anula toda esa otra patochada sonrojante centrada en aquello que se ha dado en denominar como “Creacionismo o Diseño Inteligente”.
La competición entre las especies, entre las diversas razas de que se componen, y entre los miembros del género masculino y femenino de que constan, cada cual en su estilo, es lo que mueve el mundo. Y poder ofrecerle un territorio habitable y un suministro regular de alimento a la siguiente generación es el exponente y la consumación de ese triunfo.
Nosotros, los seres humanos, como parte integrante del reino animal también competimos a todas horas y sin descanso. En absoluto con menor entusiasmo, fervor, o desesperación del que emplearía un veloz caballo de carreras, o una tortuga. Paradójicamente esta, con toda su lentitud a cuestas.
Así la crisis mundial que hemos sufrido a lo largo de todo este año es una muestra de lo que digo. ¿Cómo y cuando se originó?, empezaríamos por preguntarnos.
¿No resulta, de hecho, bastante llamativa la circunstancia de que su inicio coincidiese con los juegos olímpicos de Pekín, en los que la nueva China, autoerigida en superpotencia, hiciese una tan extraordinaria demostración de músculo ante el mundo?
Algunos pensarán que lo que hizo que los mercados mundiales se constiparan fueron las hipotecas basura, o una concatenación de estafas que el capital-riesgo, incomprensiblemente débil, no pudo resistir sin caer enfermo. Pero eso ha existido siempre y a nadie se le han caído los anillos. Eso que todos dicen lo está llevando a mal traer, se halla en su propia esencia. Véase si no este fragmento genial de la película “Un día en las carreras” de los Hermanos Marx.
Lo que realmente sucedió, opino yo, y de paso aprovecho para pedir disculpas por el vicio que tengo de sentar cátedra, es que el dominio estadounidense del último medio siglo, al verse amenazado, temiéndose lo peor, que en este caso sería el verse sobrepasado por la emergente y superpoblada nación oriental (el ejército más numeroso del mundo), sufrió un ataque de pánico. A la bolsa de Wall Street se le encogió el brazo, los inversores retiraron los fondos de allí donde los habían inyectado, y los millonarios de medio mundo echaron a correr en línea recta hacia a los paraísos fiscales. Países comodín en los que tu nacionalidad, y la de tu dinero, se diluye sin que nadie haga preguntas, y desde los que, una vez superado el trance, estos podrían volver de nuevo a apostar a caballo ganador.
Ocurre, si bien, que la verdadera aberración en todo este juego globalizado de intereses políticos, y su consiguiente mercadeo de influencias geoestratégicas, ha sido la idea absurda de los mandatarios chinos de hacer con su obsoleta y apolillada retórica comunista, y diseños de economía tecnológico-recreativa prestados del capitalismo más salvaje e inhumano, un matrimonio de conveniencia que ha acabado resultando de lo más tóxico e ineficaz que se pueda imaginar para el planeta en su conjunto. Y lo peor aún está por venir. Este video da una idea solo del comienzo.
El Capitunismo, la resultante - el hijo - de tan funesta unión, capitalismo y comunismo, ha heredado de cada uno de sus progenitores sus cromosomas más abyectos, los que menor valor le podían aportar. Oportunismo capitidisminuido.
Tratar de crear de nuevo un imperio totalitario en pleno siglo XXI, al estilo de esos otros muchos de tan infausto recuerdo, la Alemania nazi, la propia España de los tiempos de la Inquisición, y en la que nunca se ponía el sol, solo es posible haciendo trampas.
Pero los tramposos, los muy viciosos, al no ser nunca capaces de parar, ni aún después de haber hecho saltar la banca, rara vez logran escaparse del casino con el dinero en sus bolsillos.
La insaciable economía china, una vez hubo debilitado casi hasta causarle la muerte a su animal huésped, al que parasitaba indecentemente, y echando mano de todas las ilegalidades, e injusticias sociales, que solamente el tercer mundo se da el lujo de permitirse, se encuentra un buen día con que, sin su rival, no es nadie ella tampoco. Es pues que todos los negocios multinacionales de cuya savia se nutría, se marchitarán al instante siguiente, y con ellos se vendrá abajo todo el tinglado, arrugado y caduco, en lo que sin lugar a dudas se podría calificar de mastodóntico efecto dominó.
Y lo gracioso del tema es que esto no es nuevo.
El miedo que nuestros vecinos del otro lado del Atlántico sienten por todo lo oriental es casi proverbial, siendo una constante que se repite una y otra vez. Primero fue el resurgir industrial de Japón (sirva aquí de ejemplo la película Black Rain de Ridley Scott, y especialmente la escena en la que se observan a lo lejos las humeantes chimeneas de las fábricas de Osaka, todo ello sazonado con la impresionante banda sonora de Hans Zimmer), luego que si la crisis financiera de los tigres asiáticos de 1997, otra vez achacada al estallido de una burbuja inmobiliaria y el caos derivado de la especulación…
A mi, por el contrario, más me suena a que, desde que la maquinaria de guerra americana se topó de bruces con Vietnam, todo viento enrarecido que procede de esa zona le enrojece la nariz, le pone el vello de punta y le revuelve los intestinos, para como de costumbre, acabar contagiándonos la indisposición a todos los demás.
Pero volvamos a lo mundano y a lo que nos atañe a nosotros, simples ciudadanos de a pie, que también nos enfrascamos en nuestras guerrillas cotidianas.
Esto es lo malo de la lucha por la preponderancia, el estrés que genera competir con los otros postulantes, y las derrotas que de vez en cuando toca encajar.
Pero la superación que ello entraña en uno mismo, es sin embargo algo hermoso. El efecto mismo de crecer y romper barreras es ya de por sí espectacular. Tanto en lo relativo a las personas, como en sus obras. Y si no, contemplad estas imágenes del sensacional film “Home” (minuto 25 aproximadamente / se puede llevar directamente el cursor a ese punto / gratis en You Tube toda la película) y decídme si no os parecen majestuosas: El rascacielos World Financial Center de Shangai superando en altura al Jin Mao Tower, que de pequeño no tiene precisamente nada. Hallándose ambos de hecho, de momento, entre los dos o tres más altos del mundo.
Unos límites que se han de tratar de rebasar, pero sin perder nunca de vista el contacto con la realidad. Sabiendo donde realmente se encuentran.
Para que no pase como tantas otras veces y tengamos más crisis como estas en que la codicia, y el ansia de poder, el afán de doblegar al rival, nos lleven al borde del abismo. Un buen jinete ha de saber cuando su caballo puede dar más de sí, y conducirle a la victoria, y cuando se expone a reventarlo, acabando con la vida del que a sus lomos le ahorraba penas y esfuerzos. Nunca se debe como hizo Marnie en la película Marnie, la ladrona, de Hitchcock, obligar a nuestra montura a ir más allá, a saltar un muro más alto de aquel para el que está capacitado.
En cierta manera, la humanidad, tan engreída, tan engolada, con su artificial civilización estructurada en forma de pirámide invertida, ha demostrado una vez más con esta crisis, de la que ahora Dios mediante parece que vamos resurgiendo, no ser menos frágil que Forio, el caballo de Marnie, al que con tan solo fracturarse una pata ya hubo que pegarle acto seguido el pistoletazo, el tiro de gracia.
Al pobre animal, que en teoría no tenía culpa de nada.
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P.D.: Me he tomado ciertas licencias para escribir esta historieta que deforman bastante la realidad. Si queréis saber más, y con conocimiento de causa, sobre la personalidad del Barón Pierre de Coubertin, os recomiendo leer aquí su biografía.

16 comentarios:

Genín dijo...

Si, está claro que ha sido toda una versión libre del tema...jajaja
Salud

Merce dijo...

Es usted fantástico enlazado temas. Deberían llamarte de la tele para que contaras tu versión de la crisis...

Besos

Diego dijo...

visite: http://menstruacaoatomica.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Aunque por mi avanzada edad me cuesta mucho leer el tipo de letra que usas y leerte la megaentrada hasta el final, debo decirte queme ha gustado , tu blog parace un buen sitio para alimentar la neurona.
Gracias por tu visita y si me dejas , volveré , pero con gafas.
Besos.

Fiebre dijo...

Desde luego que hay que volver, con gafas y el paquete de Winston.

Llevo dos días leyéndote a trocitos y viendo enlaces.

Pasas de las churras a las merinas que da gusto, jomío.
Aunque sigo cavilando lo del olimpismo, no sé si estoy muy de acuerdo.
Como volveré mañana... ya te diré.

Lena yau dijo...

Hay acá tantísima información, tantísimas premisas, que me quedo sin saber qué decir.

Felicitarte por el trabajo concienzudo que has hecho para elaborar esta entrada...los enlaces son fantásticos y la introducción con Coubertin un acierto.

Me quedo con el dato de Home...película que desconocía..la buscaré para verla.

Estuvo hace poco en China, específicamente en Beijing y Shanghai.

Shanghai me ahogó.

Los edificios me tragaron.

He viajado a megalópolis varias...pero nunca ninguna como Shanghai.

Gracias por pasarte...tienes razón, el poema escuece...pero no fue mi intención. Yo junto palabras y ellas hacen y deshacen según la experiencia vital del cada lector.

Un abrazo, nos seguimos la pista!

Alvaro en OZ dijo...

Hola !! Primero agradecerte la visita a mi blog, y también por la oportunidad de conocer el tuyo, el cual está de maravilla. Me gusta como pasas de un tema a otro, siempre he creído a al final todo está entrelazado. Con respecto a China, he conocido en el último tiempo a varios habitantes de ese país y me parecen de lo más simpáticos y agradables, son trabajadores y pragmáticos. Aunque debo decir que la muestra no es representativa, pero siento que las nuevas generaciones de chinos saben que su país será o ya es una superpotencia ("They will rule the world" me dijo una francesa un día) aunque a veces me huele un tanto propagandístico, ya que poseen varios problemas internos que van desde zonas de extrema pobreza, enfrentamientos étnicos, contaminación y degradación del ambiente, exceso de consumismo en varias ciudades y un largo etcétera. Como me dijo un día una compañera china "la televisión dice que estamos todos bien, pero en el campo hay gente que aún se muere de hambre" (posteriormente engulló un pedazo de pizza).
Saludos !!!
P.D. En septiembre y octubre estaré en Shanghai y Beijing, ahí veré de primera fuente si todo esto es tan cierto.

NoSurrender dijo...

Hace unas semanas tuve unas reuniones con una delegación del Gobierno Chino, por cosas de mi trabajo. Y tienes razón, han heredado lo peor de los dos sistemas: comunismo para la ausencia de libertades y dignidad y capitalismo para la ausencia de derechos laborales.

Pero crecen diez puntos más que cualquier economía occidental. Y eso son muchos dólares, eh. Y ya sabemos quien manda en el mundo.

Salud!

El Buscador de Miradas dijo...

Ya lo había advertido Napoleón, no recuerdo la cita con exactitud, pero era algo así como: "China es un gigante dormido, cuando despierte, el mundo temblará".

Creo que empieza a desperezarse.

Eva dijo...

Muy interesante... la verdad que no hay dia que aprendamos algo nuevo, al menos yo...
Salut!!!

Belinha Fernandes dijo...

Olá!Por altura dos Jogos Olímpicos a nossa TV mostrou muitos documentários sobre a China e eu vi todos pois não sabia muito sobre o país depois de Mao.Na minha opinião a China vai sufocar no seu próprio desenvolvimento pois não o está a fazer de forma sustentada.E,claro,o Ocidente irá sofrer o seu impacto...o Mundo irá sofrer.Estão a queimar etapas. Muita gente está a ser sacrificada em nome do progresso.As diferenças entre quem tem e quem não tem nada, são abissais.Li que muitos que tinham sido atraídos pelas cidades já recomeçaram a regressar aos campos para se alimentarem de arroz como sempre aconteceu e sobreviverem.Gostava de visitar a China!
(Não sei se percebes o meu português!!)

Belinha Fernandes dijo...

Que bom que me entendes!É que eu não sei espanhol.Em tempos fiz um esforço para aprender mas não resultou!Eu também vou percebendo,leio devagar!

:)

Insisto... dijo...

Libre y bastante extenso jajaaj ...voy por café :D

Habrá que dar mas tiempo a tu escrito,lo merece.


cariñuuss!!

Insisto... dijo...

Libre y bastante extenso jajaaj ...voy por café :D

Habrá que dar mas tiempo a tu escrito,lo merece.


cariñuuss!!

Clave C dijo...

Hola!, me gustaria hacer un intercambio de links.

Un saludo =)

www.clavec.blogspot.com

Clave C dijo...

Ami tmb me parece bien cuando quieras acemos el intercambio

saluditos =)