viernes, 19 de junio de 2009

Impopularidad


Es difícil explicarle a un dromedario que es esto de la impopularidad, o el no tener amigos, o el caerle antipático hasta a los vendedores de crecepelo.
Ellos viven en la soledad del desierto, cargan toda su vida con una repulsiva joroba en la que almacenan grasa (el mismo sebo asqueroso que se ve salir a borbotones en las liposucciones), y los beduinos se aprovechan de ellos sin tapujos (precisamente además, por su capacidad asombrosa, y hasta yo diría que heroica, de aguantar la sed).
Digamos pues que su existencia es definitivamente un insulto para los amantes de la buena vida.
Pero tienen un punto a su favor, y es que jamás han conocido otra cosa, y eso, creedme, es lo que marca la diferencia.
En su fuero interno, y a pesar de su indiscutible laxitud en lo que respecta a la buena presencia, los dromedarios tienen un “algo” que, desde la primera vez que vi a uno en vivo, hizo que me resultaran simpáticos.
Estos bichos, entre oasis y oasis, dan la sensación de pasar olímpicamente de todo, como si lo que sucediera en el mundo exterior no fuera con ellos.
No ven la necesidad en ningún momento de organizarse, de aliarse con el pelirrojo debilucho de la clase, el gafotas empollón y el gordo zampón y patoso, para birlarle la churri al engreído y jactancioso capitán del equipo de fútbol americano; poniendo para ello si es preciso, las aulas y el comedor de la universidad patas arriba.
No, el dromedario sencillamente no cree en los finales felices y no se complica. A fin de cuentas, su destino está sellado de antemano.
Y aquí, enlazo con esa otra cuestión tan escurridiza como es la del porvenir, o de si existe alguna clase de predestinación, o libro de ruta, para nuestras vidas.
¿Está escrito en las estrellas la clase de personas que somos y lo que nos espera?
Yo a veces leo la definición del carácter de los de mi signo zodiacal y se me hiela la sangre. ¿Hay alguna relación entre una cosa y otra?
Cuestiones parapsicológicas aparte, de lo que no me cabe duda es de que tener el futuro en las manos de Aramís Fuster, sería algo que verdaderamente daría mucho yuyu.
Prefiero pues seguir en la inopia, no enterarme de nada de lo que pasa, y proseguir con mi personal e intransferible travesía del desierto. Y virgencita, virgencita, que me quede como estoy.
Como el dromedario. Con mi joroba a cuestas, pero feliz. O viceversa.
Por cierto, los más observadores habréis notado que he perdido el norte, y más concretamente el contacto con la Tierra. Me he visto pues obligado a sintonizar con Saturno.
En principio creo que allí Food and Drugs tiene unos cuantos menos seguidores, pero tiempo al tiempo… Me he propuesto poner en marcha una campaña promocional ultraagresiva, con gorras, llaveros y hasta globitos si hace falta. ¡Será por dinero!

14 comentarios:

Genín dijo...

Es lo que dices, los camellos no tienen merito ni culpas, los diseñó así la genética, lo que seguimos sin saber es quien la inventó a ella.
Ten en cuenta que en cierto modo, eso del destino es cierto, quiero decir que si tu ves a un tio beber como un cosaco, año tras año, no es difícil pensar que su destino será una cirrosis hepática, o al menos un hígado bastante jodido pero...¿Es eso destino? No, claro.
Salud

NoSurrender dijo...

Bueno, tampoco estoy seguro de que objetiva y generalizadamente los dromedarios estén en una escala evolutiva inferior a los hombres. Porque hay de todo, eh.

Salud!

Art Fan Ako dijo...

At least they have a warning. Ha-ha!

Fiebre dijo...

A mí me ha llegado el llavero correspondiente, pero tengo que decirte que me la refanfinfla.

Aunque como estaba hasta el mismísimo moño de ver el tema de la caja B, y me siento muy dromedario...ese es el motivo de que me lo haya guardado en el bolsillo.Y "pique" con la gorra.

Ese y que siempre me gustaste, bandido.
Hala! Marketing superado...

Eva dijo...

Que me quede como estoy o mejore no? Yo también reflexiono a veces sobre el destino, todo lo que nos pasa es consecuencia de nuestras acciones, son casualidades... todo un misterio... pero lo que está claro es que el dia a dia es lo que cuenta y lo que hay que vivir....
Salut!!!

Margot dijo...

Como lo del destino me parece un engaña-bobos de autocomplacientes y arrogantes (ays, esos pequeños seres humanos, creyéndose el centro de los mundos) y por otro lado, me encanta la mirada del dromedario pues... yo diría que sí, que me pases una gorra y hasta un llavero, de terciarse...

Belinha Fernandes dijo...

Sim!Verdade, estão a chegar as férias.Fiz esta colagem a pensar nas crianças que não podem brincar...
Boa semana!
;)

RAWLS dijo...

hahaha!! That's great!
Thanks for the comments on my blog my friend! Keep up the good work.

Belinha Fernandes dijo...

:)
Hoje à noite há festa aqui-o S.João!
:)
Música também, mas sem guitarra!

Natura dijo...

Hace unos días vi cómo cocinaban un camello en Dubai. Déjame decirte que por fuera son mucho más lindos de lo que lucen sobre un plato gigante.

Les agarré cariño desde ese día, además tienen una carita muy mona.

:)

Eric Barclay dijo...

Excellent cartoon- I really like the little snail running away.

LOLA dijo...

TU DESTINO ES SEGUIR DELEITÁNDONOS CON TUS ESCRITOS Y CON ESAS FOTOS TAN GRACIOSAS Y OPORTUNAS.

LOLA CIENFUEGOS

Anabel dijo...

Interesante, muy interesante pero viven mejor los teletubbies...hablando de Aramis...Has visto el sketch en el que dice que uno de los lunnies ha sido creado a su imagen y semejanza? busca el video en Youtube, divertidisimo!

Un abrazo

Anónimo dijo...

LOL too funny! That snail cracks me up...this is one ride I don't think i'd want to be on :)