Este montaje es una composición de lo que el ojo humano no verá más que en pintura, de aquí a unos cuantos siglos (poquitos), si el índice de natalidad español sigue en caída libre.
Parar este lento infanticidio es nuestra obligación, y la fórmula es bien conocida de todos.
¡Pues ni que procrear fuera un incordio tan grande!
Para más lecciones de moralidad, evítese en lo sucesivo este blog.
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