-
¡
¡Alerta Mike!
¡Adelante Tim! ¡Te recibo!
Tenemos un payaso con un arma que está sembrado
el pánico en las pistas del aeropuerto estatal.
-
¡¿Otra vez un payaso con un arma?!
No, Mike, esta vez es un payaso de verdad. Un
payaso, como Miliki, Fofito, Charlie Rivel, Ronald McDonald, Trump…
-
No te entiendo, Tim. Quizás no te he escuchado
bien. Ríete si quieres, pero me ha parecido oírte hablar de un tal Miliki…
-
Esto es muy serio, Mike. Y no tenemos tiempo que
perder, así, andándonos por las ramas. Necesito que vengan enseguida tus
muchachos.
-
De acuerdo, Tim. Están saliendo ya varios coches
patrulla hacia allá.
-
Oh, no, Mike. No es uno solo, son dos. Dos
payasos. Y los dos armados.
-
Perdona. ¿Has dicho que son dos y que van
armados?
-
Sí, Mike. Portan armas cortas, por lo que he
podido ver desde aquí, y lo peor de todo, han tomado como rehenes a dos
azafatas de vuelo.
-
¿Son de altos vuelos?
-
No te entiendo, Mike, ¿A qué viene eso?
-
Olvídalo Tim, es sólo que necesito más detalles.
¿Hay algún herido entre el pasaje o el resto de la tripulación?
-
El comandante del aparato. Lo han puesto fuera
de combate de un culatazo.
-
Espera un momento, Tim. Me dijiste que portaban
armas cortas…
-
De un culatazo, de un golpetazo con el culo… Son
payasos, Mike. Ya te lo dije. No acaba de entrarte en la cabeza.
-
Pe… Pero…
-
Tenemos que reducirlos cuanto antes, o será
mucho peor.
-
¿Reducirlos? ¿Cómo? Si son dos, tendríamos que
hacer que al menos uno desapareciera.
-
¿Estás de broma, Mike? Podríamos hacer
desaparecer a las azafatas, como mucho, y en el caso improbable de que, además
de azafatas de una aerolínea, lo fueran también de un espectáculo de magia…
-
Estamos perdidos, Tim. No podemos negociar con
esa gente.
-
Necesito a tus muchachos ya. Es cuestión de risa
o muerte.
-
De vida.
-
No, de risa. De mearse de risa. La vida puede
esperar; la risa, no. O es ahora o es nunca.
-
No me asustes, Tim. No es momento para
heroicidades. Sangre fría. Recuerda lo que nos enseñaron en la academia.
-
Lo siento, Mike, esos payasos han agotado mi
paciencia. Voy a abrir fuego.
-
Noooo. Tim. Podría haber víctimas inocentes…
¿Tim?... ¿Tim?... ¿Tim, me escuchas?
-
¿Qué tal, agente?, ¿Le suena esto?: ¿Cómo están
ustedeeees?
-
¡Qué diablos!
-
Ha,ha,ha,ha (carcajada maléfica)
-
¡¿Quién está ahí?! ¡¿Con quién hablo?!
-
¡No! Yo soy el que hace las preguntas… ¿Conocía
usted mucho a Tim?... Un tipo callado. Pero no tanto como últimamente. Más en
concreto, como en los últimos segundos… Ha,ha,ha,ha…
-
Malditos sean, (sollozando) le han metido una
bala a Tim…
-
¿Una bala?... Nah. Solo ha bastado un buen
culatazo.