Mucho se ha hablado en este blog de las obsesiones personales de cada uno, y por primera vez me gustaría ir un poco más hacia el fondo de la cuestión.
Para empezar me preguntaría por qué nos obsesionamos con ciertas cosas. ¿Como es que determinados seres, objetos o comportamientos nos producen esa dependencia crónica tan inextirpable y otros no?
El mundo está repleto de alicientes y sin embargo son solo unos pocos los que nos atrapan. Algunos son de carácter benigno y pasajero, otros se acomodan en una esquina de nuestras vidas y no molestan más que en muy contadas ocasiones, pero hay otros, los verdaderamente peligrosos, que paulatinamente se ocupan de anular todo nexo de unión con la realidad en la que se fraguaron, y que terminan convirtiéndose en auténticas esclavitudes.
¿Radicaría ello en nuestros traumas infantiles? ¿En la necesidad de homologarnos como personas normales ante nuestros propios ojos, de manera que perseguimos sin descanso aquello que creemos que nos falta para ser completos, para estar enteros?
En algunos casos, como la anorexia, o su contrapartida masculina, la vigorexia, que consiste en el abuso reiterado de la práctica deportiva, todo se explicaría fácilmente recurriendo al descontento con la propia imagen física como causa evidente del desarreglo emocional, pero en otros no está tan claro. Citaría entre otros los perfeccionismos de todo tipo, las adiciones al trabajo y actividades semejantes, sobre el papel ingratas al individuo, pero hay infinidad de formas más o menos livianas en las que sin ser conscientes de ello podemos vernos mezclados, incurriendo en la fea costumbre de ser unos neurasténicos.
En fin, toda obsesión maligna es aquella que nunca llegamos a conocer lo suficientemente bien. Empieza siendo divertida, no sirve a más propósito que al del puro entretenimiento, pero de pronto y a la chita callando consigue engatusarnos, y a partir de ese momento ya no somos más que títeres de sus propios devaneos. Nos ridiculizarán ante los demás, nos mortificarán y nos harán renegar de nosotros mismos.
Sí queréis saber más del tema este artículo podría seros útil. Entretanto, vigilad vuestra balanza de pagos, la deuda asumida dista todavía mucho de ser satisfecha.